campo dei fiori es un clásico en la cañitas. la relación calidad precio inmejorable. la calidad estupenda. el ambiente espectacular y esta en medio de una zona llena de buenos restaurante bares y muchísimo movimiento. todas las noches la zona de las cañitas se llena de gente, bullicio y fiesta. viene gente de todo bs as. y de todo bs as la gente que viene es gente de todo el mundo. al loco de los zapatos rojos le gustaba ese restaurante al cual solía acudir con fecuencia y asiduidad. los arroces le encantaban. pero las pastas no quedaban atras. sobre todo esos sorrentinos deliciosos que en ningún otro lugar ni parecidos había encontrado. esa noche mientras cenaba con su mejor amigo y este le contaba de su momento de lucha personal en la vida y él se daba cuenta de la fragilidad de la mayoría de seres humanos, al compararlos con su manera de hacer las cosas. entendió que otro gran amigo suyo que vivia en ny, solo no iba a poder salir de ese agujero existencial en el cual habia caído.
no todo el mundo tenía la capacidad y fuerza de voluntad del loco de los zapatos rojos para decidir algo y simplemente hacerlo. esto desde luego no era en absoluto habitual. se quedó con la siguiente frase de su gran amigo argentino refiriendose a su otro gran amigo español viviendo en ny:
-che, sos distinto, vos podés si querés controlar las cosas. pero los demás por muy fuertes que nos sintamos, necesitamos de ayuda. a mi vinieron diez amigo y a engaños me llevaron a ese lugar para dejar la lucidez, me dijeron que si no lo hacía les perdía sin remedio. no me quedo mas opción y mira, ya no bebo, ya no me meto lineas, ... ya solo me queda una larga lucha por no ceder. a x le hara falta algo asi.
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el loco de los zapatos rojos pensó que tenía razón. pero él no era ese tipo de gente que se metiera en la vida de los demás a ese nivel. pensaba que somos libres de decidir por nosotros mismos. que debemos elegir y hacernos responsables por nuestras decisiones... pero claro, esto basado en su manera de ser. a veces por personas a las que queremos, debemos hacer cosas que no forman parte de nuestra manera particular de entender la vida. cuando volviese ya pensaría como hacer para tratar de ayudar a ese amigo suyo que antes de viajar, le había casi suplicado desde el miedo instalado en sus ojos, ayuda -¿como haces para tener tanta fuerza de voluntad? ¿como puedes ser asi? yo antes no me deprimía, ahora necesito después de cada juerga tres dias minimo para recuperarrme y te me siento como una mierda...-. no sería facil ayudarle. pero habría que intentarlo una amistad bien merecía la pena.